La paradoja de la riqueza
Es bastante común pensar que las personas o familias con un patrimonio (riqueza) elevado tienen mayor disponibilidad de tiempo. El argumento que sirve de sustento para esta creencia es la falta de una necesidad imperiosa o presión por generar ingresos. No obstante, este concepto no es del todo correcto. Existe una relación directa entre el tamaño del patrimonio y el tiempo que se le debe dedicar a éste. Debido a ello, la industria de gestión de patrimonios privados (asset management, wealth management, private banking, family office, entre otros) tiene cada vez más relevancia a nivel mundial
Antes de comenzar a explicar mejor esta paradoja, me gustaría empezar viendo algunas cifras interesantes que explican la importancia de este tema en el Perú:
Se estima que los peruanos mantienen como excedentes más de 50 mil millones de dólares en el extranjero, cifra que equivale al 25% del PBI
Según WealthInsight, existen 23 mil personas en el Perú con excedentes patrimoniales superiores al millón de dólares. De esta cifra, los denominados Ultra High Net Worth Individuals (UHNWI) -cuyos patrimonios personales superan los 30 millones de dólares- se calculan en cerca de 300
Las bancas privadas locales gestionan patrimonios privados por alrededor de 10 mil millones de dólares
Según la SBS, cerca de 2,300 personas mantienen depósitos en el sistema financiero local por encima de los 1.3 millones de nuevos soles, cifra que se ha duplicado después de la crisis del año 2008
Luego de ver estas cifras la pregunta que nos haríamos es: ¿cómo la generación de riqueza personal en el Perú alcanzó estos niveles? Bueno pues, el Perú se ha convertido en una de las economías más dinámicas en Latinoamérica durante la última década. Entre los años 2004 y 2013 el PBI peruano casi se ha duplicado en términos reales, mostrando una tasa de crecimiento promedio anual de 6.6% durante dicho período.
A partir de este escenario, podemos identificar dos fuentes primarias que han permitido el crecimiento robusto de la riqueza privada en el Perú:
El crecimiento del sector inmobiliario, cuyos activos han experimentado un importante crecimiento en sus valuaciones debido a la sobre-demanda por viviendas. Para tener una idea de este crecimiento, según Capeco el precio promedio por metro cuadrado de una departamento en Lima se ha triplicado entre el año 2006 y 2013
La venta de empresas, principalmente familiares, debido al dinamismo de la economía y las oportunidades de negocios. Esto se ha reforzado con el ingreso de nuevos participantes en diferentes industrias, así como la consolidación de muchos sectores económicos
Estos dos factores han permitido el surgimiento de los denominados “nuevos ricos” en el Perú, quienes han visto incrementado de manera importante su patrimonio de un momento a otro. Esta repentina riqueza los ha llevado a buscar alternativas para preservar y consolidar dicho capital. En paralelo, la oferta de servicios especializados y personalizados en este nuevo segmento se ha ido consolidando, tanto por el ingreso de participantes extranjeros (bancas privadas y family offices) como por empresas locales que han ampliado su abanico de servicios.
Ahora bien, ¿a qué le denominamos riqueza o patrimonio personal? El patrimonio de una persona es el resultado de dos conceptos: el capital humano y el capital financiero. El primero se refiere a la capacidad que tenemos de generar ingresos en el futuro a través de nuestro trabajo. Es a partir de este capital que podemos empezar el proceso de acumulación de la riqueza. El segundo concepto se refiere al stock de activos reales y financieros que vamos acumulando a lo largo de nuestra vida (inmuebles, autos, empresas propias, inversiones financieras, entre otros). La apreciación de dichos activos es la que permite incrementar nuestra riqueza en el tiempo. Esto es lo que sucedió por ejemplo con los inmuebles y los negocios familiares en el Perú, cuyo valor se incrementó considerablemente debido al crecimiento económico sostenido del país.
¿Y por qué es tan demandante en tiempo administrar nuestra riqueza? Para responder ello veamos brevemente qué significa gestionar un patrimonio. Antes que nada, debemos tener en cuenta que lo más importante es la preservación de nuestra riqueza, la cual seguramente se ha ido consolidando durante varias décadas o incluso, generaciones. La clave para preservar es la diversificación a nivel de activos, regiones, monedas, entre otros. Ya no se trata únicamente de los activos tradicionales (acciones, bonos) en un solo mercado (Perú), sino de abrir el espectro hacia otros mercados y activos no tradicionales (alternativos), como los privates equities, real estate, hedge funds, commodities.
Luego que se sentaron las bases de nuestro patrimonio (preservación) se debe buscar su crecimiento progresivo en el tiempo. Esto significa buscar las oportunidades de inversión dentro de toda la gama de alternativas globales, para permitir un crecimiento fundamentado sin necesidad de arriesgar nuestro capital innecesariamente.
Y aún hay más. A todo esto hay que agregarle una serie de necesidades anexas como la planificación patrimonial, la transferencia de la riqueza, el gobierno familiar, los vehículos de inversión, la gestión fiduciaria y tributaria, entre otros. Es decir, cuanto más elevado sea el patrimonio, mayor será el “dolor de cabeza” para administrarlo.
Para entender mejor este proceso les propongo un ejercicio sencillo: Identifiquen porcentualmente en un gráfico de torta (pie) cada uno de sus activos: casa, inmuebles, ahorros en el banco, fondo de pensiones, inversiones financieras, empresas propias, entre otros. Traten de ser lo más exactos posibles en los montos y activos que incluyan en la gráfica. Ahora analicen el resultado y vean si es coherente con el objetivo de crecimiento y consolidación que buscan para su patrimonio. Es casi seguro que vamos a encontrar una concentración enorme en uno o dos activos, lo que nos hace vulnerables dentro de un contexto económico global volátil. Dentro de mi experiencia, se me ocurren dos casos frecuentes que son interesantes de analizar:
Personas que tienen una empresa propia piensan que al ser de perfil emprendedor (propenso al riesgo), sus inversiones deberán ser en activos riesgosos (ejemplo, acciones). La pregunta que les haría sería: ¿para qué añadir más riesgo a tu patrimonio? Tu empresa ya es una inversión en acciones, es tu propio private equity. ¿Por qué deberíamos incrementar más aún este activo, teniendo tantas otras alternativas?
Es común ver patrimonios con alta concentración en inmuebles, especialmente en el Perú. No obstante, les preguntaría: ¿por qué concentrarse en uno o dos inmuebles dentro de una provincia, dentro de un mismo país? Si bien el mercado inmobiliario local ha crecido bastante, el riesgo implícito también es alto. ¿Por qué no considerar la posibilidad de invertir en fondos de real estate que brinden diversificación global (incluido Perú) y un menor riesgo operativo?
Esta es sólo una pequeña muestra de los aspectos que debemos tener en cuenta para gestionar eficientemente nuestra riqueza. Debido a ello, es común que las familias con patrimonio medio-alto empiecen a capacitar a sus miembros en los diferentes aspectos de la administración de la riqueza, o busquen asesores especializados que se encarguen de estos temas y les permitan liberar tiempo para concentrarse en sus actividades principales.
Es esta necesidad de conocer y dedicarle tiempo al crecimiento y consolidación de nuestra riqueza, la que me ha llevado a proponer esta columna, en la que trataré temas vinculados con la gestión eficiente de los patrimonios privados, bajo un enfoque profesional e independiente. En los siguientes artículos profundizaré aspectos relacionados con la manera de preservar y capitalizar nuestro patrimonio, ideas para diversificar adecuadamente, análisis de oportunidades para optimizar las inversiones, coberturas de nuestro capital humano y financiero, entre otros temas. Para ello, espero poder contar con sus comentarios, análisis y críticas.